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Créditos: entre la esperanza del diferimiento y las conminatorias

Según las normas vigentes, los pagos de los préstamos deben reiniciarse en septiembre, un proyecto de ley plantea extender los diferimientos hasta diciembre.

PAGINA SIETE MONITOREO

Prestatarios cuyos créditos fueron diferidos en virtud de lo dispuesto por la Ley 1294 se debaten entre la esperanza de nuevos diferimientos de sus pagos y la prisa para poder reunir los recursos suficientes para poder reanudar sus pagos a los bancos a partir de septiembre.

“Estamos en una carrera contra el tiempo y contra la cuarentena para poder recuperar nuestra economía y volver a pagar nuestros créditos, al parecer la Asamblea ha preparado otra Ley, pero no hemos sabido más de eso, solo que los bancos ya nos han dicho que en septiembre hay que volver a pagar”, asegura Jorge Montesinos, un prestatario.

El 1 de abril pasado, el Gobierno promulgó la Ley 1294, la cual difería excepcionalmente el pago a capital e intereses de los créditos durante el tiempo que durara la emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus y por seis meses posteriores al levantamiento de estas medidas. 

Sin embargo, mediante dos decretos, el gobierno dispuso el reinicio del pago de los créditos, primero para junio y luego para septiembre, excluyendo a los asalariados.

Esta decisión generó la indignación de varios sectores económicos como los transportistas y los microempresarios, quienes señalaron que el Gobierno hacía una mala interpretación de la Ley 1294 de diferimientos y respondía a los intereses de las entidades financieras.

Posteriormente, el diputado Víctor Borda presentó un proyecto de Ley que modifica la Ley 1294, ampliando los diferimientos hasta diciembre, sin embargo, este proyecto ha sido rechazado por las entidades financieras y el Ministerio de Economía lo ha llamado “irresponsable y demagógico”.

“No sabemos qué hacer, sentimos la presión de los bancos y no vemos que el proyecto de Ley del diputado Borda este avanzando, mientras el tiempo corre”, señaló otro prestatario.

De acuerdo con los prestatarios, a pesar de la flexibilización de la cuarentena, los ingresos que perciben no han recuperado los niveles que antes, por lo que se encuentran preocupados ante la inminencia del momento de retomar el pago de sus créditos.

Laura, dueña de un pequeño restaurante, por ejemplo, señala que, desde junio, cuando se flexibilizaron las medidas de cuarentena y pudo volver a abrir su negocio, los ingresos que percibe no superan el 30% de lo que vendía antes de la pandemia.

“En vez de 60 platos por día a lo mucho estoy vendiendo 20, he tenido que reducir mi personal al mínimo, solo estamos trabajando yo y mi esposo, hemos simplificado los platos que ofrecemos, pero incluso así estamos teniendo problemas para poder ganar lo mínimo indispensable, no sé cómo haré cuando tenga que volver a pagar mi crédito”, explicó.

Sobre la posibilidad de que se promulgue una ley que autorice nuevos diferimientos, Laura dice que sería una buena medida, pero duda que esta sea promulgada por el Ejecutivo.

“Un nuevo diferimiento nos ayudaría mucho, pero hemos visto mucho rechazo por parte de los bancos y el gobierno, por lo que dudo que sea promulgada, el Gobierno parece estar más interesado en las elecciones y en apoyar a los bancos por sobre nosotros”, agregó.

El pasado 17 de julio La Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) comunicó su desacuerdo con la aprobación en la Cámara de Diputados de la Asamblea Legislativa Plurinacional, del proyecto de ley que amplía el diferimiento del pago de créditos hasta fin de año.

Otras organizaciones como la Asociación de Entidades Financieras Especializadas en Microfinanzas (Asofin) y la Asociación de Instituciones Financieras de Desarrollo - Microfinanzas con visión social (Finrural) emitieron comunicados similares, rechazando el proyecto de Ley presentado a la Asamblea.