EMPRESAS Y NEGOCIOS ESPAÑA
El sector industrial apuesta por lograr una producción más sostenible

Casi el 80% de las empresas españolas aumentaron sus inversiones en materia de sostenibilidad en 2022, según Deloitte, poniendo de relieve cómo éste es ya un factor fundamental en la estrategia empresarial.

EL MUNDO

Casi el 80% de las empresas españolas aumentaron sus inversiones en materia de sostenibilidad en 2022, según Deloitte, poniendo de relieve cómo éste es ya un factor fundamental en la estrategia empresarial de cara a mejorar no solo el compromiso medioambiental, sino también la propia eficiencia de las compañías.

Los datos no mienten: las empresas buscan cada vez más lograr un modelo de negocio más sostenible, algo especialmente relevante entre aquellas que conforman el sector industrial, ya que representa el 40% del consumo mundial de energía y alrededor del 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Por ello, lograr una producción más respetuosa con el medioambiente, apoyándose en soluciones disponibles como las relacionadas con el autoconsumo y la eficiencia energética, es ya una prioridad para muchas de estas compañías, tanto fuera como dentro de nuestras fronteras.

Tal y como confirma el reciente informe ‘CxO Sustainability Report: Accelerating the Green Transition’ de Deloitte, el 67% de los empresarios españoles (61% a nivel global) considera que el cambio climático podría afectar a la estrategia y las operaciones de su empresa en los próximos 3 años. La presión regulatoria relacionada con las emisiones, la escasez de recursos o la propia conciencia ambiental de sus consumidores, entre otros factores, son algunos de estos condicionantes a nivel externo, a los que se suman también la búsqueda de una mayor rentabilidad y eficiencia por parte de los empresarios.

SOLUCIONES AL ALCANCE DE LAS PYMES

Una de las primeras preguntas que debe hacerse cualquier empresa que quiera sumarse al cambio es cómo puede lograr un ahorro energético significativo, lo que a medio/largo plazo le permitirá conseguir una importante reducción tanto de emisiones como de costes asociados. Para ello, pueden apoyarse en entidades como BBVA, que ponen a disposición de sus clientes un conjunto de productos y herramientas, además de una red de gestores especializados, para que puedan poner en marcha su propio Plan de Ahorro Energético, atendiendo a sus características y necesidades específicas.

En concreto, en materia de energía existen dos grupos de soluciones claves. El primero integra todas aquellas medidas destinadas a mejorar la eficiencia energética de la compañía. Según el estudio ‘Eficiencia energética en España’, de ABB, el 98% de las compañías nacionales ya está invirtiendo o tiene previsto invertir en este tipo de soluciones. Concretamente, el 79% destina esta inversión a la mejora de la sostenibilidad de sus instalaciones (incluyendo la gestión de edificios, climatización e iluminación), un 60% a lograr una mayor sostenibilidad en su producción y operaciones y un 43% a implementar un sistema de transporte más sostenible.

Por otra parte, existen las medidas relacionadas con el autoconsumo y la independencia energética, las cuales pueden ayudarles a reducir entre un 40 y un 60% su factura anual de energía, según la Unión Española Fotovoltaica. Una alternativa de la que ya se están beneficiando empresas como HIPERTÍN, que cuenta con su propio parque fotovoltaico con la ayuda de BBVA, lo que le ha permitido producir su propia energía, mejorar su sostenibilidad como empresa y ahorrar. Y es que “es importante que las empresas entiendan que este tipo de instalaciones representan una inversión rentable, con plazos de amortización de tan solo 5-6 años”, afirma Sonia Serrano, experta en financiación y sostenibilidad de BBVA. Y así lo están haciendo, porque cada vez más  compañías nacionales optan por esta opción.

Más allá del ahorro energético, y el uso eficiente de otros recursos como el agua, existen otra serie de medidas a tener en cuenta en el proceso productivo para poder mejorar la sostenibilidad del mismo. Por ejemplo, optar por una selección de proveedores con compromiso medioambiental, además de favorecer el componente local y de proximidad entre los mismos. Medidas  a las que se suman la eliminación de productos tóxicos, o la sustitución de los mismos por otros menos contaminantes, durante el proceso.

Otro punto clave está en la apuesta por un diseño de producto más sostenible, desde su creación hasta el final de su vida útil. El llamado “ecodiseño”, que apuesta por la sustitución de materiales por otros más respetuosos con el medioambiente, es una medida que ya tienen en cuenta el 59% de las empresas a nivel mundial, según el último informe de Deloitte.

Por último, no debemos olvidar integrar en la estrategia medioambiental la gestión eficiente de los residuos procedentes de la actividad industrial. En esta línea, apostar por la regla de las 3R (Reducir, Reutilizar y Reciclar) debe convertirse en una prioridad para las compañías, que deben fomentar internamente una economía circular que les permita lograr un modelo de negocio  más respetuoso con el planeta, más eficiente y más rentable.