BANCOS ARGENTINA
Éxodo de empresas: luego de 20 años, uno de los principales bancos de Brasil dejará de operar en Argentina

Se trata de Bradesco, una entidad privada con sede en San Pablo. Su negocio es menor en el país y habrían tomado la decisión por creer que el mercado local dejó de ser atractivo

INFOBAE

Bradesco, el segundo banco privado de Brasil, dejará de operar en la Argentina. La entidad, que a nivel local tiene unos 13 empleados y no opera con banca minorista, sino que se dedica básicamente a clientes corporativos, comercio exterior y mayorista, se suma a una larga lista de empresas que dejaron de hacer negocios y se fueron del país.

“Banco Bradesco decidió dejar de operar en el país y consecuentemente dejando sin sus fuentes laborales a sus trabajadoras y trabajadores. Dicha entidad no aceptó vender su cartera, ni su licencia, descartando posibles interesados, a pesar de los reiterados pedidos de la Asociación Bancaria como BCRA, de analizar estas posibilidades, que hubieran permitido mantener las fuentes de trabajo”, dijo la Bancaria, el gremio del sector, en un comunicado. Otras fuentes aseguran que está trabajando en la reasignación de su personal.

Según pudo saber Infobae, el banco ya inició meses atrás el trámite de cierre en la Superintendencia de Servicios Financieros. No es un proceso simple, pero está en marcha y la decisión está tomada. La salida se habría dado porque Argentina dejó de ser interesante para un banco como Bradesco, según pudo saber este medio. También porque no ve posibilidades de desarrollo para sus actividades que ven en el sector.

Es el tercer banco de Brasil, detrás de Itaú Unibanco y Banco do Brasil, según el ranking 2021 de S&P, y también el tercero de la región. Tiene USD 308.000 millones de activos.

“Bradesco es uno de los mayores grupos financieros de Brasil, con un sólido desempeño enfocado en los intereses de sus clientes desde 1943. Además de la excelencia en los servicios, se destaca por ser uno de los mejores gestores de recursos del mercado, con resultados construidos sobre bases sostenibles”. Así se define la empresa en su website.

En 2000, se fundó el Banco Bradesco Argentina, subsidiaria del Banco Bradesco. “Ofrecemos servicios a clientes corporativos argentinos, a brasileños y a multinacionales. Nuestros servicios se destacan por la calidad y las soluciones entregadas a los clientes. Argentina es la segunda economía más importante de América del Sur y ofrece excelentes oportunidades de negocio”, dice la web local.

En el país, según datos del BCRA, al mes de marzo, es el banco 73 entre 80 según su nivel de activos, con $2.087 millones, y tiene $1.170 millones en préstamos y sólo $33.979.000 en depósitos. Es un banco de operación muy chica, “residual”, según una fuente del sector. Con todo, dada su importancia y el nombre propio que tiene

Infobae intentó comunicarse sin éxito con las autoridades locales de la entidad. “Los responsables están en Brasil y en una reunión”, aseguraron en la única sede del banco, en Puerto Madero.

Otras empresas

Como destacó este medio semanas atrás, ya son más de 20 las multinacionales que dejaron de operar en Argentina. Se trata de compañías que se fueron definitivamente del país, que redujeron su actividad o están stand by, como muchas aéreas. Entre las que ya abandonaron sus negocios locales están, por ejemplo, Falabella, Latam Argentina, Walmart y la empresa farmaceútica norteamericana Eli Lilly.

El laboratorio fue una de las últimas grandes en salir. Según explicaron, la decisión se debió a un cambio de “modelo de negocio” en el país y a partir de ahora Laboratorios Raffo, una empresa argentina, tendrá los derechos de comercialización y registros sanitarios de sus productos. El cambio se hará efectivo a partir del próximo 1 de septiembre. Eli Lilly tiene unos 34.000 empleados en el mundo y, según el gremio de visitadores médicos, unos 100 en la Argentina, de los cuales 35 serían visitadores.

En ese contexto, el país registra una caída drástica de la inversión extranjera directa (IED) en 2020, si bien el país ya registraba una carrera descendente, las entradas de dólares del exterior para inversión real se desplomaron 38% el año pasado, hasta USD 4.100 millones.