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Sin respetar fronteras: mexicanos y estadounidenses padecen alza en la gasolina

EXPANSION

El alza en el precio de la gasolina no respeta fronteras y niveles de ingresos, por lo que termina afectando el bolsillo de casi todos los habitantes de países como México y Estados Unidos.

Pese a vivir en naciones diferentes, Francisco Rivera, Adolfo Ortega, Rochelle Sundet, Abraham Zinman y Matt Deaton compartieron con Expansión los sinsabores que tienen que padecer por el repunte en los precios de los combustibles y qué han hecho para hacerle frente a esta escalada que parece prolongarse más días.

Los precios internacionales del petróleo mantienen su tendencia al alza debido a la reactivación de los sectores productivos y a la invasión rusa en Ucrania. En la Ciudad de México y el área metropolitana, algunas estaciones de venden la gasolina Premium y el diésel por arriba de los 30 y 26 pesos por litro, respectivamente.

Comercio y transporte en México

“Traigo una camioneta de cuatro toneladas y no la alcanzo a llenar. Le pongo 600 pesos que son cerca de 28 litros. Anteriormente, con 600 pesos llenaba más de tres cuartos de tanque. Ahora no se llena ni medio tanque”, cuenta Francisco Rivera, comerciante de frutas y verduras en el pueblo de Santa Fe, en la CDMX.

Todos los días, Rivera hace un recorrido de 42 kilómetros que abarcan el Mercado Santa Fe y la Central de Abastos.

“Es una burla lo que está haciendo el gobierno. Están dando en oferta el gas, pero nos están ‘amolando’ con la gasolina. Nos dieron atole con el dedo con la gasolina porque llegó a estar en 19 pesos. Yo traía mi tanque lleno, y de la noche a la mañana la empezó a subir y a perjudicarnos en lo económico porque, en lugar de ahorrar, estamos perdiendo con la gasolina”, lamentó el comerciante.

Antes un tanque se llenaba con 3,000 pesos. “Ahorita, para que llenes un tanque son más de 5,000 o 6,000 pesos. Nosotros traemos un tanque de 200 litros de diésel”, dice por su parte Adolfo Ortega Ruiz, quien maneja un camión de pasajeros de la Ruta 5 en el poniente de la capital del país.

 

Ortega Ruiz tiene la ventaja de ser dueño del camión, por lo que trata de cuidar más su unidad: “no me ando correteando (para ganar pasaje) y hay ciertas cosas que puedes hacer para cuidar el combustible”, comentó.

Además del aumento del diésel, también tiene que hacer frente al encarecimiento de las refacciones. Por ejemplo, hace dos años las llantas (chinas) costaban alrededor de 3,000 pesos. “Ahorita están entre 5,500 y 6,000 pesos” y tienen una vida de alrededor de dos años.

La mala noticia para ellos es que “la autoridad (Secretaría de Movilidad de la CDMX) ya nos dijo que no nos va a dar nada de aumento. Ahorita, para que saliéramos más o menos, era para que cobráramos 10 pesos por pasaje, y estamos en 6”, dijo.

Gasolinazo en NY

Rochelle Sundet llenó el pasado jueves el tanque de su Toyota Corolla en una gasolinera de Long Island City, en Nueva York. Al inicio del año, Sundet, una ciudadana americana de 43 años, pagaba 50 dólares por cargar completamente el tanque de su auto con gasolina. Ahora su recibo fue de 67 dólares, pero no pudo llenarlo por completo.

Sundet trabaja como conductora de Uber desde hace año y medio, cuando perdió su empleo como ejecutiva bancaria al inicio de la pandemia. Ahora la escalada de precios le preocupa, pero dice que no hay mucho que hacer. Si antes el 30% de sus ganancias se iba a pagar por el combustible, sus nuevos cálculos la hacen prever que subirá a 40%.

A la par que los precios de las gasolinas aumentan, la demanda de los clientes también. Con la escalada de precios, comentó, muchos de quienes viajan de los suburbios a Manhattan han optado por dejar el auto en casa y algunos de ellos optan por este tipo de transporte. “Y yo no creo que los precios vayan a bajar pronto, esto solo se pondrá peor (...) Esto es lo que es, no hay nada que podamos hacer”.

El precio de la gasolina ha roto récords en Estados Unidos. El miércoles, la gasolina regular se vendió en 4.245 dólares por galón (3.7854 litros) y la escalada continua. Los mayores precios del país se registran en California.

Abraham Zinman decidió dejar su BMW en casa porque, dice, que gasta demasiado. Desde el fin de semana pasado utiliza el otro auto del que es propietario: un Nissan que gasta mucha menos gasolina y al que puede llenar con combustible regular y no con gasolina ‘supreme’.

Este jueves Zinman viste un conjunto deportivo y bromea con que eso ha sido culpa de los precios de los combustibles. La empresa para la que trabaja le ha dado la opción de laborar desde casa o desde la oficina, este jueves no quiso gastar de más y optó por la primera opción. “Al menos me salvó del tráfico”, bromea mientras se concentra en no pasarse de los 40 dólares que quiere gastar en combustibles.

Matt Deaton, un hombre de casi 60 años, optó por darle un toque filosófico a la escalada de precios. Asegura que después de la pandemia y del conflicto en Ucrania pagar de más por un galón de gasolina es lo que menos le preocupa. “Somos sobrevivientes del coronavirus, perdí a mi esposa, ¿Crees que el aumento en los precios me preocupa?”, cuenta en una estación de la marca Exxon. “Ahora lo único que debemos hacer es preocuparnos porque generar más ingresos o hacer menos compras, no hay mucho más qué hacer”.