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Cinco recomendaciones para proteger a los peatones, los más afectados por la siniestralidad en el mundo

DELTA FINANCIERO

Cada año, más de 1,3 millones de personas mueren en el mundo por colisiones relacionadas a las vías de tránsito y unos 50 millones batallan con los traumatismos relacionados a los accidentes. Y los más afectados de estos choques son los peatones y ciclistas. Así lo confirma la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la Comisión Regional de las Naciones Unidas en el informe Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2021-2030. 

De acuerdo con estos datos, estos organismos proyectan que, durante el decenio mencionado, ocurrirán al menos 13 millones de defunciones y unos 500 millones de traumatismos que, sin duda, frenarán el desarrollo sostenible y enlutarán a sus respectivas familias. Con el propósito de reducir estas cifras en un 50%, los gobiernos de todo el mundo firmaron unánimemente la resolución 74/299 para ejecutar este Plan Mundial. 

Carola Barzón, gerente de persona, mejora continua y Sostenibilidad de Imcruz aseguró que, uno de los pilares estratégicos de la empresa es la sostenibilidad, que tiene a la seguridad vial como uno de sus focos más importantes ya que de cierta forma está relacionada directamente con el giro de nuestro negocio.

“En el Día Mundial del Peatón, Imcruz quiere expresar su compromiso con la reducción de accidentes en Bolivia mediante la prevención y la educación. Este año, hemos desarrollado, por ejemplo, la tercera versión de la campaña Responsable al volante Tour que alcanza a más de 1 millón de personas física como digitalmente entre ellos estudiantes de 32 colegios del país, choferes y población en general. Como empresa, no podemos ser solo espectadores de las cosas que suceden a nuestro alrededor, sino que decidimos convertirnos en agentes de cambio”, comentó.

El Plan Mundial de la OMS y la ONU mantiene un enfoque de sistemas de seguros integrados y va dirigido no solo a los Gobiernos sino también a las universidades, sector privado, líderes y partes interesadas y desarrolla cuatro recomendaciones:

1. Desarrollar el transporte multimodal y la planificación del uso del territorio

En este decenio, el aumento de la demanda de movilidad urbana excederá la capacidad de los sistemas de transporte donde predominan los vehículos particulares, automóviles y motocicletas. La OMS y la ONU sugieren invertir en infraestructuras y políticas que combinen el transporte motorizado y no motorizado con, por ejemplo, políticas para reducir la velocidad, dar prioridad a peatones, ciclistas y usuarios del transporte público, desalentar el uso de vehículos privados en zonas urbanas de alta densidad y promover los abonos en el transporte público.

2. Promover una infraestructura vial segura.

La infraestructura vial debe planificarse para permitir la movilidad multimodal del transporte público, privado, peatones y bicicletas tomando en cuenta las poblaciones más vulnerables. Se debe identificar las zonas de riesgos de colisión y establecer una señalización según objetivos de desempeño. Debe considerarse señalización vertical y horizontal que incluya aceras, cruces seguros, ciclovías, carriles para motocicletas, diseño de intersecciones seguras, gestión de la velocidad según el servicio y el tipo de tráfico, entre otros.

3. Adquirir vehículos que garanticen la seguridad de los de adentro y fuera.

Para mejorar la seguridad del vehículo, las automotrices pueden integrar diferentes características en su diseño que eviten colisiones (seguridad activa) y reduzca el riego de traumatismos para los ocupantes y otros usuarios de la red vial cuando se produce una colisión (seguridad pasiva). Los vehículos de las seis marcas que comercializa Imcruz mantienen normas de seguridad que buscan proteger a los que van tanto dentro como los que están fuera mediante sensores, cámaras de retro, detectores de movimiento, frenos ABS, airbags integrados, entre otros.

4. Velar por el uso seguro de las vías de tránsito

Además de las características del vehículo y de factores personales, la infraestructura vial debe tener en cuenta las necesidades de todos sus usuarios para que se aplique de manera intuitiva, fácil de entender y que garantice acciones seguras frente a los principales comportamientos que contribuyen a las defunciones y traumatismos provocados por el exceso de velocidad, la conducción bajo los efectos del alcohol, la fatiga del conductor, la conducción distraída, la no utilización del cinturón de seguridad, de los sistemas de retención infantil y del casco.

5. Respuesta integrada y coordinada frente a las colisiones

Se debe promover la capacitación del personal de primera respuesta que permita el acceso oportuno en diferentes colisiones especialmente en zonas donde los servicios prehospitalarios son limitados o se tienen tiempos de respuesta prolongados. Unos minutos de demora pueden suponer la diferencia entre la vida y la muerte. Entre los destinatarios adecuados de la capacitación en primera respuesta figuran los socorristas de emergencia no médicos, como policías y bomberos, y otros profesionales cuyas ocupaciones con frecuencia los sitúan en la escena de colisiones en las vías de tránsito.