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Inclusión financiera luego del COVID-19

 

 

Inclusión financiera luego del COVID-19

Experiencia BCP

LA RAZON MONITOREO

El Banco Mundial hizo un estudio sobre los efectos que tuvo la pandemia en los servicios financieros. Los datos muestran que, en el mundo, la digitalización de la banca se aceleró y esto favorece la bancarización de los negocios y las personas.

Los servicios financieros como los pagos, las cuentas de ahorros y los créditos son uno de los pilares del desarrollo. Las cuentas, ya sean en un banco o una institución regulada, como una cooperativa de ahorro y crédito, una institución de microfinanciamiento o un proveedor de servicios de dinero móvil permiten a sus titulares guardar, enviar y recibir dinero de manera segura y asequible para cubrir sus necesidades diarias, planificar para situaciones de emergencia y hacer inversiones productivas de cara al futuro, como las relacionadas con la salud, la educación y los negocios. Por el contrario, las personas que no tienen una cuenta deben gestionar su dinero por medio de mecanismos informales como el efectivo, lo cual puede resultar menos seguro, menos confiable y más costoso que los métodos formales.

PANDEMIA.

Los datos del estudio Global Findex, del Banco Mundial, dan cuenta de que la llegada del COVID-19 catalizó el crecimiento del uso de pagos digitales.

La pandemia cambió la forma de hacer las compras. Foto PULSO EMPRESARIAL
En 2021, en las economías en desarrollo, el 18% de los adultos pagaron las facturas de servicios públicos de forma directa desde una cuenta. Alrededor de una tercera parte de esos adultos lo hizo por primera vez luego del inicio de la pandemia. La proporción de adultos que realizan pagos digitales a comercios minoristas también aumentó después del brote de coronavirus. Por ejemplo, en India, más de 80 millones de adultos realizaron su primer pago digital a comercios minoristas durante la pandemia.

En China, el 82 % de los adultos realizaron un pago digital a comercios minoristas en 2021, lo que incluye a más de 100 millones de adultos (el 11%) que lo hicieron por primera vez tras el inicio de la pandemia. En las economías en desarrollo el 20% de los adultos realizaron un pago digital a comercios minoristas en 2021. Dentro de ese 20%, se encuentra el 8% de adultos, en promedio, que lo hicieron por primera vez después de que comenzó la pandemia, o alrededor del 40% de los que hicieron un pago digital a comercios minoristas. Estos datos señalan que la pandemia y las restricciones de distanciamiento social aceleraron la adopción de los pagos digitales.

Luego de la llegada de la pandemia, el 76% de los adultos de todo el mundo tenían una cuenta en una institución financiera o por medio de un proveedor de dinero móvil. En todo el mundo, la tenencia de cuentas aumentó en un 50% en los diez años comprendidos entre 2011 y 2021, y pasó del 51% al 76% de los adultos. De 2017 a 2021, la tasa promedio de tenencia de cuentas en las economías en desarrollo aumentó en ocho puntos porcentuales, del 63% al 71% de los adultos.

El crecimiento reciente de la tenencia de cuentas se propagó por docenas de economías en desarrollo. Esta propagación geográfica contrasta crudamente con el crecimiento observado de 2011 a 2017, que se dio, sobre todo, en China o India.

BENEFICIOS.

La evidencia demuestra que los hogares y negocios con acceso a servicios financieros están mejor preparados para enfrentar situaciones de crisis financieras que aquéllos que no cuentan con dicho acceso. En Chile, las mujeres de bajos ingresos miembros de instituciones de microfinanciamiento y que recibieron cuentas de ahorros gratuitas lograron reducir su dependencia de las deudas y mejorar su capacidad para llegar a fin de mes durante una emergencia económica. En el caso de las mujeres, las cuentas pueden permitirles lograr independencia financiera y fortalecer el empoderamiento económico.

En Filipinas, las mujeres que utilizaron productos de ahorro programado que fomentaban los depósitos regulares en una cuenta bancaria personal incrementaron su facultad de decisión dentro del hogar y orientaron sus gastos hacia enseres domésticos acordes a sus necesidades, como las lavadoras. En India, un programa de protección laboral del Gobierno que alcanzaba a más de 100 millones de personas demostró que el pago de los beneficios a las mujeres de manera directa en sus propias cuentas de instituciones financieras (en lugar de la cuenta de un jefe de hogar de sexo masculino) aumentó el control financiero que estas ejercen, influyó sobre las normas de género que prohíben trabajar a las mujeres y las incentivó a buscar empleos, en comparación con los beneficios pagados en efectivo. En otro estudio realizado en Kenya, se observó que los hogares encabezados por mujeres gastaron un 15% más en alimentos nutritivos luego de recibir cuentas de ahorros gratuitas. La mujer aporta a la priorización de los recursos.

Publicado el Martes, 15 de Noviembre de 2022

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