ECONOMíA BOLIVIA
Soya, carne y castaña, se perfilan como generadores de dólares

EL DEBER MONITOREO

Los productos no tradicionales de exportación bolivianos son una alternativa para traer divisas en 2025. Analistas y economistas sostienen que “la esperanza está cifrada” en la soya y sus derivados, la carne y sus derivados, además de la castaña. El Gobierno nacional debe dar un “golpe de timón” en las políticas públicas y brindar las condiciones a quienes buscan exportar, agregaron.

En lo que viene a ser la exportación de soya y sus derivados, Gary Rodríguez, gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), señaló que mucho dependerá del éxito de la siembra a tiempo, algo que ha dependido de la entrega de diésel en el campo.

Rodríguez agregó que el 2024 “no fue la gestión más feliz” para las Exportaciones No Tradicionales (ENT) ni para las exportaciones globales, que en conjunto habían caído más de $us 1.600 millones hasta el tercer trimestre del presente año.

“La expectativa es recuperar al país de semejante bajón, con la esperanza de generar más divisas que tanta falta nos hacen en el momento actual, para lo cual son necesarias tres seguridades: seguridad jurídica, seguridad de mercados y seguridad de buenas políticas públicas”.

Jaime Dunn, analista y economista, destacó a la castaña, el aceite y la torta de soya, entre las ENT que llegan a mercados de Estados Unidos y Europa, agregando que la agroindustria es “un pilar fundamental en la economía”.

“Hay desafíos grandes: la necesidad de incorporar tecnologías avanzadas para aumentar productividad, para exportar mucho más en agroindustria, además de mejorar la logística y la seguridad jurídica”, complementó.

Claudia Pacheco, presidente del Colegio de Economistas de Santa Cruz, también sostuvo que es necesario que se brinden las condiciones como estabilidad y seguridad jurídica para potenciar las inversiones, generar nuevos acuerdos comerciales y asegurar su crecimiento y sostenibilidad.

“Aunque Bolivia cuenta con una variedad de productos no tradicionales con potencial para generar divisas en 2025, las expectativas están matizadas por desafíos económicos, climáticos, escasez de combustible y la necesidad de políticas públicas que impulsen el sector exportador”, dijo Pacheco.

Martín Montero, economista y analista, destacó que existan productos no tradicionales que puedan generar divisas “aún cuando sean valores pequeños” comparados con lo que alguna vez ingresó gracias a las exportaciones por el gas.

“Soy optimista debido a que el Gobierno ha mostrado desesperación debido a la crisis de balanza de pagos. Necesitan dólares y el sector agroindustrial puede traerlos de manera rápida, eso me hace pensar que pueden sacar las cortapisas, (como) ya lo vimos con la exportación del aceite”.

En busca de acuerdos

Hace unos días, el Gobierno nacional anunció que Bolivia está “muy cerca” de concretar acuerdos para la exportación de la carne de cerdo y pollo a los mercados de Perú y Brasil.

Omar Castro, presidente de la Asociación de Avicultores de Santa Cruz (ADA), dijo que para la exportación de la carne de pollo al mercado de Egipto se está trabajando primero en la parte sanitaria para luego concretar la parte comercial. Para lo que se tiene confirmado, hasta el momento, es la venta del producto a Perú.

“A nivel Bolivia, alojamos mensualmente 23 millones de pollitos bebés y hay granjas vacías en las que se puede alojar 10 millones más para llegar a 33 millones. Entonces esos 10 millones adicionales generarían al año un movimiento de $us 220 millones en exportación”.

En lo que respecta a la castaña, Agustín Vargas, gerente propietario de la beneficiadora San Agustín y expresidente de la Cadexnor, indicó que para 2025 “creemos que vamos a estar dentro de los parámetros” en el tema económico. “Por el tema de precios, vamos a estar alrededor de los $us 170 o $us 180 millones que es el promedio medio que saca Bolivia”.

Natalia Barbery, directora de marketing de Corporación Agroindustrial Amazonas, dijo que las expectativas para el 2025 son optimistas. “Se espera que las exportaciones de castaña generen ingresos significativos para el país. Esto no solo representa una oportunidad económica, sino que garantiza una producción sostenible”.