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¿Por qué Chile necesita una Ley de Economía Digital, pese a ser uno de los países latinos más digitalizados?

 

 

¿Por qué Chile necesita una Ley de Economía Digital, pese a ser uno de los países latinos más digitalizados?

Experiencia BCP

AMERICA ECONOMIA

Con una infraestructura avanzada y sectores amigables a la adopción de inteligencia artificial (IA), Chile se posiciona como uno de los países más digitalizados de América Latina. El Índice Latinoamericano de IA de CEPAL y CENIA afirma que el país austral posee todos los factores habilitantes clave que demanda la industria y altos niveles de conectividad que facilitan el desarrollo tecnológico. 

Sin embargo, no podemos hablar de una historia de éxito absoluto. En términos de competitividad, Chile se queda rezagado frente a otras economías de la región. Por ejemplo, las exportaciones de tecnologías de la información y comunicación (TICs) han crecido solo un 5,3% en los últimos 20 años, según InvestChile. Además, el país austral ocupa el sexto lugar en exportaciones de servicios digitales de la región, muy alejado de Argentina y Brasil. 

Ambos países cuentan con regulaciones amplias sobre distintas áreas de la economía digital. Por ejemplo, Brasil introdujo el Marco Civil de Internet en 2014, que impone derechos y deberes en el uso de la red, incluyendo neutralidad y privacidad. Mientras que Argentina ha establecido medidas como el Impuesto PAIS, que grava con el 8% a servicios digitales contratados en el exterior y un IVA digital del 21% a plataformas extranjeras. 

Sin embargo, según Rafael Rizzo, Country Manager de Globant en Chile, la clave que tomó Argentina para potenciar las TICs fue la aprobación de la Ley de Promoción de la Industria del Software en 2004. Esta iniciativa creó el Fondo Fiduciario de Promoción de la Industria del Software (FONSOFT), que otorga subsidios estatales para la finalización de carreras del sector tecnológico, así como la generación de nuevos emprendimientos.

Posteriormente, en 2019, el proyecto evolucionó a la Ley de Economía del Conocimiento. Esta incluye cambios como una reducción del Impuesto a las Ganancias, según el tamaño de la empresa, lo que incentiva la contratación de trabajadores. Asimismo, la ley obliga a las empresas beneficiarias a destinar un porcentaje de su facturación a capacitación de empleados o inversión en investigación y desarrollo.

“Hay estimaciones de consultoras y empresas que se dedican a realizar informes de mercado en cuanto al capital humano del sector TIC y es muy sabida la demanda de estos talentos en el mundo. Quiere decir que la necesidad de recibir servicios desde los países existe. Entonces, en Chile deberíamos plantearnos en averiguar cómo dar ese salto y brindar esos servicios a nivel global. El país tiene las capacidades y la infraestructura, pero necesita talento y que sea competitivo”, declaró Rizzo a AméricaEconomía.

Para Francisco Guzmán, presidente de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de Información (ACTI) y gerente de Claro Empresas, la ausencia de un marco legal también es el talón de Aquiles para el sector tecnológico en Chile. Si bien el país cuenta con gran infraestructura como el cable Humboldt y una sólida red de fibra óptica, no hay un marco normativo que incentive la inversión y promueva exportaciones de servicios basados en el conocimiento.

De acuerdo a Guzmán, la Ley de Economía del Conocimiento de Argentina fue muy efectiva para atraer inversión extranjera, generar empleo y aumentar exportaciones. “Chile podría adoptar un enfoque similar, integrando beneficios tributarios, incentivos para las MiPymes y un fuerte compromiso con la capacitación en talento digital. Además, es crucial establecer mecanismos de seguimiento que aseguren que las empresas que reciben estos incentivos contribuyan activamente al desarrollo de la economía digital”, declaró Guzmán para AméricaEconomía.

Por su parte, Rizzo opina que una ley de economía digital en Chile debería buscar la colaboración entre las empresas multinacionales de TICs y los centros de formación para capacitar a los futuros profesionales en los perfiles requeridos. En paralelo, el Country Manager señala que si Chile quiere desarrollar un sector tecnológico competitivo a nivel internacional, el país debe contar con escenarios previsibles. 

Según esta visión, entender que la economía digital para Chile es importante haría que las empresas tomen la decisión de establecerse en el país y las que están ya asentadas apuesten por el crecimiento y la formación de talento. 

“La ventaja que tiene este tipo de industrias es que justamente al formar profesionales cada vez más capacitados, impacta en el resto de las industrias. Esto permite contar con profesionales que sepan usar e implementar tecnología, no solo para las empresas donde trabajan, sino para otras a donde potencialmente podrían rotar”, añade Rizzo.

Mientras tanto, Guzmán afirma que la ACTI ha impulsado proyectos específicos como el Plan Nacional de Data Centers y trabajado en conjunto con universidades y centros de formación técnica para alinear la oferta educativa con las necesidades del sector. A su vez, las mesas de trabajo de la Asociación han abordado desafíos como la ciberseguridad y la inclusión digital. 

No obstante, quizás el esfuerzo más importante es establecer la Ley de Economía Digital como prioridad en la agenda pública. “Estamos colaborando con los ministerios de Hacienda y el de Ciencia, Tecnología y Conocimiento para sentar las bases para un marco normativo que incentive la inversión en tecnología, fomente las exportaciones de servicios digitales y facilite el desarrollo de talento especializado”, sostiene Guzmán.

Aunque el vocero de la Asociación añade que la Ley de Inteligencia Artificial, actualmente en discusión, debería aprobarse como complemento. Según su visión, ambas leyes establecerán lineamientos claros para garantizar un uso más “ético, seguro y transparente” de la tecnología en el país austral. 

Al mismo tiempo, Guzmán reconoce que la IA también debe gozar de incentivos para su adopción en empresas. Estos incluyen beneficios tributarios para proyectos de innovación, facilidades para las pequeñas y medianas empresas que deseen incorporar estas herramientas, y mecanismos de financiamiento que impulsen la investigación en el área. Acaso, ¿Chile podrá convertirse en el nuevo hub de las tecnologías de información en América Latina?

Publicado el Martes, 4 de Febrero de 2025

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