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Piden acción del Estado para salvar la banca y a las familias

 

 

  Piden acción del Estado para salvar la banca y a las familias

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Frente a la falta de decisión del Gobierno para reglamentar un mayor diferimiento en el pago de créditos y el riesgo  de que los bancos queden sin liquidez, analistas creen que el Estado debe intervenir  para salvaguardar  a familias, empresas y  la salud del sistema financiero. También piden flexibilidad. 

La Ley 1294  establece en su artículo primero que “las entidades financieras deben realizar el diferimiento automático del pago de las amortizaciones de crédito a capital e intereses, y otro tipo de gravámenes del sistema crediticio nacional, por el tiempo que dure la Declaratoria de Emergencia por la Pandemia del Coronavirus (Covid-19) y otorgando un lapso máximo de hasta seis (6) meses posteriores al levantamiento de la declaración de emergencia”. 

La ASFI reglamentó la norma y dispuso que desde junio se regularicen los pagos de crédito. 

El analista financiero Jaime Dunn alerta que la  discusión acerca de la interpretación de esta Ley 1294, con su consecuente efecto sobre el cambio de la reglamentación actual, podría tener consecuencias negativas sobre la estabilidad y solidez del sistema financiero, lo que impactaría inadecuadamente sobre la economía general. 

Añade que en Bolivia hoy se cuenta con  un sistema financiero sólido y solvente, pero la gestión de liquidez puede debilitar y erosionar rápidamente esa solvencia. “La Ley y su Decreto  reglamentarios son claros en cuanto a recalcar que las cuotas de pago diferidas contemplan únicamente para las cuotas que vencen en los meses de marzo, abril y mayo. Las cuotas de los meses de junio en adelante no se consideran diferidas por el Decreto  y deben pagarse como la Circular ASFI manda”, precisa. 

Según el analista, por el diferimiento dejan de ingresar al sistema financiero  3.500 millones de bolivianos  mensuales aproximadamente. De prolongarse la medida por seis meses adicionales a los tres iniciales serán más de  30 mil millones de bolivianos. “Es un monto imposible de sostener, pues se sumaría el retiro de varios depósitos por parte de los ahorristas y el incremento rápido de las tasas de interés, lo que ocasionaría forzosamente la caída de algunos bancos y el aplazamiento definitivo de la recuperación económica”, advierte. 

El analista Armando Alvarez coincide que si bancos no cobran,  no tienen ingresos y no pueden prestar más dinero. Debido a las restricciones y paralización de actividades las captaciones dejaron de crecer y se suspendió el pago de créditos. 

“Si se quiere dar apoyo a los prestatarios no puede ser con los depósitos del público. Es el Estado que debe darle recursos a los bancos para que ellos atiendan a la gente”, precisó. 

Además Alvarez aclara que las restricciones no afectaron a todas las empresas por lo tanto las medidas que se adopten deben ser diferenciadas.  A las más afectadas se puede dar mayor plazo de pago, pero no se puede dar facilidades en general como si todos los prestatarios hubiesen paralizado actividades. 

El economista Alberto Bonadona indica que la iliquidez se maneja de manera ortodoxa de parte del Gobierno y la banca.  

En su criterio el sistema bancario puede conseguir recursos si el Estado le presta con una inyección del Banco Central de Bolivia (BCB) u otras fuentes “Si se  ponen restrictivos  en política monetaria se generará iliquidez en la banca e insolvencia en los productores y se jalará a la economía a un escenario recesivo donde pierden todos”, manifestó. 

Según Bonadona se debe evitar que  los prestatarios o productores se hundan, el Estado puede conseguir créditos o realizar una emisión de bonos y canalizar esos recursos en condiciones  adecuadas. “Se tendrá que recurrir al Banco Central,  el limite de la política monetaria no es déficit fiscal sino la inflación y eso esta controlado. Por lo tanto urge  inyectar recursos frescos a la economía, al sector productivo, financiero, consumo, de lo contrario nos  vamos a meter a una recesión profunda”, remarcó Bonadona. 

El economista Rolando Morales sostuvo que en la actualidad la banca no tiene problemas de liquidez  y dispone de 1.500 millones de dólares para hacer frente a una demanda de créditos de las empresas. 

“El único sector que está  bien y no tiene problemas  es el sistema bancario, en cambio las finanzas públicas, las empresas y las familias están en una situación delicada”, puntualiza.

En ese sentido se debe exigir a la banca menor dureza y flexibilidad en la recuperación de créditos colocados para que reprogramen y renegocien la deuda de los prestatarios  y bajar tasas de interés. “Es preferible que la banca renegocie la deuda de los prestatarios a que no se le pague, hay mucha gente que no tuvo ingresos estos dos meses y con seguridad no está en condiciones de pagar”, añadió.  Sin embargo, Morales cree que no se le puede exigir más al Estado porque la situación fiscal es delicada y el déficit puede subir   al 10% del PIB. 

Los bancos esperan que la mora no suba demasiado 

La Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) espera que la mora del sistema no suba gracias a las medidas de diferimiento de pago por la cuarentena, pero admite que algunas empresas tendrán dificultades con la regularización de sus deudas.

“Con la medida adoptada respecto al diferimiento de cuotas, es posible que los indicadores de mora no se vean significativamente afectados. Sin embargo, es también previsible que, como efectos de la crisis del coronavirus y la cuarentena asociada, empresas de sectores más vulnerables tengan dificultades en retomar el pago de sus obligaciones”, indicó el secretario  ejecutivo de  Asoban, Nelson Villalobos en respuesta a un cuestionario enviado por Página Siete. 

Aseguró que para estos casos, los bancos están con toda la predisposición para analizar la situación. “Concluido el periodo de emergencia, es importante que los clientes acudan al banco para convenir las mejores opciones para revisar el diferimiento y reprogramar sus deudas”, puntualizó el ejecutivo.  

En todo caso, reconoció que  un contexto de menor crecimiento de la cartera podría derivar en un mayor índice de morosidad. 

La cartera de créditos  reprogramada al mes de marzo alcanzó a 815 millones de dólares, registrando una reducción con relación al cierre de 2019.  

No obstante, Asoban  espera que tienda a incrementarse desde abril. 

A marzo  la cartera de créditos del sistema bancario registró un crecimiento de 4,8% en términos interanuales, siendo éste el menor dinamismo registrado en los últimos años. En  volumen representó un aumento de 1.103 millones de dólares en los últimos 12 meses. Los depósitos crecieron 3,8%, representando un aumento de 965 millones de dólares en los últimos 12 meses.

La Ley 1294  y sus consideraciones 

- Fondo Según el analista Jaime Dunn el Gobierno deberá continuar gestiones con los organismos internacionales y trabajar rápidamente en una emisión de bonos soberanos internacionales.  Bolivia puede emitir unos $us 1.500 millones.

- Alcance El diferimiento no debe ser generalizado. Solo deben tener la posibilidad de diferir sus cuotas empresas que realmente lo necesitan por efectos de la cuarentena, señaló.

- Norma La Ley 1294 sólo difiere  las cuotas de capital e intereses que se enmarcan en el tiempo que dure la Declaratoria de Emergencia.  Las cuotas no diferidas que corresponden a junio en adelante deben pagarse en tiempo y forma establecida en los contratos de préstamo.  El plazo de los seis  meses es únicamente para convenir con los prestatarios los términos para el pago de las cuotas diferidas, explicó Dunn.

Publicado el Lunes, 25 de Mayo de 2020

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