El presidente de UBS, Colm Kelleher, dijo que la integración de Credit Suisse llevará de tres a cuatro años, excluyendo la liquidación del banco de inversión.

Incluso con la protección a la baja en forma de apoyo del gobierno, existe una "gran cantidad de riesgo en la integración de estos negocios", dijo Kelleher en declaraciones preparadas para la reunión general anual del banco el miércoles.

UBS acordó comprar a su antiguo rival por US$33.140 millones en una transacción histórica el mes pasado después de años de escándalos, pérdidas y fallas en el control de riesgos que debilitaron al banco. El acuerdo de emergencia negociado por el gobierno tenía como objetivo poner fin a una crisis de confianza en Credit Suisse que había comenzado a extenderse por los mercados financieros mundiales.

“Credit Suisse ya no será una empresa independiente”, dijo Kelleher. “Era un ícono de la economía suiza, un banco que desempeñó un papel vital en el desarrollo económico de Suiza y un jugador global y respetado”.

Los accionistas recibirán una acción de UBS por cada 22,48 acciones de Credit Suisse que posean.

En una presentación separada, el vicepresidente de UBS, Lukas Gahwiler, dijo que permanecerá una "gran incertidumbre" hasta que se cierre el acuerdo. En el mejor de los casos, eso sucederá en semanas, aunque es probable que tome algunos meses. La marca Credit Suisse seguirá existiendo en Suiza en el futuro previsible, dijo.

El banco considerará todas las opciones para el negocio local de Credit Suisse, aunque dijo que "la gente debe mantener expectativas realistas" con respecto a la escisión de ese negocio.

La semana pasada, UBS anunció el nombramiento de Sergio Ermotti como director ejecutivo, volviendo a la tradición de que un ejecutivo suizo ocupara uno de los dos puestos principales del banco. Reemplaza al holandés Ralph Hamers, quien dirigió el banco durante los últimos dos años.

Esta será la segunda etapa de Ermotti en UBS; anteriormente dirigió el banco de 2011 a 2020 antes de unirse a Swiss Re. UBS espera beneficiarse de la amplia experiencia en reestructuración de Ermotti para supervisar la adquisición histórica de Credit Suisse.

Kelleher reconoció que los accionistas no tienen la oportunidad de votar sobre el acuerdo y dijo que "no hubo tiempo" para consultarlos durante el frenético período previo al rescate de emergencia.

“Entiendo que no todas las partes interesadas de UBS y Credit Suisse están satisfechas con este enfoque”, dijo Kelleher. “Sin embargo, todas las partes, y en particular las autoridades suizas, consideraron esta solución como la mejor de todas las opciones disponibles”.