EMPRESAS Y NEGOCIOS LATINOAMERICA
Global Startup Ecosystem Index 2023: 17 ciudades latinoamericanas se unieron al índice y Colombia se perfila como el hub regional

AMERICA ECONOMIA

Crear una startup y no morir en el intento es un desafío. No obstante, la ubicación elegida para empezar una compañía influye en gran medida en el éxito (o fracaso) que tendrá el emprendimiento. 

Esto se ve reflejado en el índice Global Startup Ecosystem Index (GSEI) 2023 -realizado por StartupBlink, centro de investigación y mapa de ecosistemas de startups- que evalúa el entorno para las empresas emergentes en 1.000 ciudades y 100 países y que confirma que las mareas del ecosistema global de startups han cambiado. 

De acuerdo con el CEO del centro de investigación StartupBlink, Eli David, “las altas tasas de interés han terminado con la era del dinero barato, recortando las valoraciones y obligando a las nuevas empresas a centrarse en lo que realmente importa: la rentabilidad y los modelos de negocio sostenibles”. 

Es así que el ecosistema global de startups está pasando por un ciclo de limpieza. Las nuevas empresas buscan ser las "aspirinas" que reducen el dolor real y están recibiendo la atención que merecen. En un contexto post pandémico y donde trazar el curso de inicio es clave, la pregunta que cae de madura es "¿dónde se debe construir una startup?"

El informe destaca que América Latina y el Caribe fue la región que tuvo la menor cantidad de financiación en el año, captando solo el 2,2% del total mundial, y con diferentes tendencias a nivel de país en comparación con el nivel de ciudad. Asimismo, sus resultados son dispares, ya que los países mejor clasificados de la región descendieron en el índice, con la excepción de Colombia. 

“Mientras que en 2022 el país contaba con solo cuatro ecosistemas entre el top 1.000, Colombia ahora tiene 11, con uno en el top 100, dos en el top 200, tres en el top 300 y cuatro en el top 500”, señala el informe.

Según Eli David, Bogotá se está convirtiendo en un hub central regional con el mejor impulso entre las principales ciudades de la región. 

“Entre los factores a favor para Colombia está su tamaño por su cantidad de gente y PIB, y que sus ciudades son medianas y grandes. Otros ecosistemas están centrados solo en la capital”, dijo Justin Schwartz, socio director del fondo de inversión IMPAQTO Capital. “El sector público hace un buen trabajo de impulso”.  

La radiografía de las ciudades mejor clasificadas de esta región es positiva: 17 ciudades de Latinoamérica se unieron al top 1.000 global, aumentando su representación a 77 ciudades (7,7% del total) en el índice de StartupBlink.

PRESENCIA DE STARTUPS REGIONALES 

En Latinoamérica, los países mejor clasificados son Brasil (puesto 27 global), seguido por Chile (36), México (37), Colombia (40), Argentina (47),Uruguay (55) y Perú (69). Más abajo están Costa Rica (72), Ecuador(81), Panamá (86) y Jamaica (92). 

Asimismo, las 20 principales ciudades de América Latina y el Caribe han visto resultados generalmente positivos. De estas, 13 ciudades mejoraron sus rankings, seis experimentaron una disminución destacando por sus salidas del top 200 para Lima (Perú) y del top 70 para Buenos Aires (Argentina) que ahora están en el puesto 201 y 75, respectivamente, a nivel global, y uno (Santiago, puesto 67) mantuvo el mismo ranking global que el año pasado. 

El ranking considera factores de cantidad (número de nuevas empresas, inversores, espacios de coworking, aceleradoras, entre otros) y calidad (total acumulado de inversión en startups del sector privado, número total acumulado de empleados, número y tamaño de unicornios y exits superiores a US$ 1.000 millones). 

“Es crucial tener en cuenta factores como las regulaciones, la disponibilidad de financiamiento, la competencia y el talento local al desarrollar nuestras estrategias de expansión”, dijo para AméricaEconomía María José Artacho, country manager de Global66 Perú, startup internacional de servicios de transferencia de dinero. 

Global66 cuenta que, en el caso de Colombia, una de las ventajas es el dinamismo y crecimiento de su ecosistema emprendedor, con acceso a fondos de inversión y una infraestructura tecnológica en constante evolución. Sin embargo, un reto para ellos es la intensa competencia en el sector fintech y las barreras regulatorias que pueden presentar dificultades para las startups emergentes. 

Por otro lado, en Argentina encuentran una ventaja en la existencia de un fuerte talento técnico y una comunidad emprendedora muy activa que les permite tener acceso a un equipo de profesionales capacitados y apasionados por la innovación, pero enfrentan el desafío de una economía compleja y fuertes restricciones regulatorias.

En el último año, a diferencia de Web3 y el metaverso, la Inteligencia Artificial (IA) se ha integrado a nuestras vidas cotidianas a través de ChatGTP y aplicaciones como Midjpurney y Lensa. Es por esto mismo y el interés del público que se piensa en la rápida adopción de las soluciones de las IA aplicada en las empresas e incluso gobiernos. 

“Estamos trabajando para implementar IA en varios de nuestros módulos para dar más automatización y eficiencia en diferentes procesos de RRHH, entre ellos podemos destacar pruebas de concepto que estamos realizando en el payroll, y en la gestión del ausentismo”, dijo Alfredo Terlizzi, CEO de Workia, empresa que desarrolla innovadores productos tecnológicos de clase mundial para el área de Recursos Humanos de empresas. 

Según International Data Corporation (IDC), se espera que el gasto en inteligencia artificial alcance los US$ 120 mil millones para 2025 solo en los EE. UU., interrumpiendo trabajos y aportando muchos aspectos positivos a nuestras vidas como la productividad e innovación. 

“El boom puede ser una burbuja”, advierte Schwartz. “Desde el punto de vista del inversionista se debe entender el potencial del startup más que la calidad de la startup con la IA”. 

Queda pendiente ver si la industria mantendrá el buen impulso aún con políticas como la Ley de Inteligencia Artificial de la UE que, según sus defensores, apoyan la implementación de regulaciones dentro de la industria para garantizar que el progreso se logre de manera responsable y controlada.