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La banca inicia la carrera verde para descarbonizar 12.000 millones de euros de su balance antes de 2030

 

 

La banca inicia la carrera verde para descarbonizar 12.000 millones de euros de su balance antes de 2030

Experiencia BCP

EL MUNDO

La banca ha iniciado la gran carrera hacia la descarbonización de sus balances para adaptarse a los objetivos de lucha contra el cambio climático y reducir su exposición y riesgo a los sectores y empresas que se postulan como grandes perdedores de la gran revolución verde. En las dos últimas semanas, Santander y BBVA han anunciado su compromiso de reducir la financiación al carbón y a otras actividades económicas contaminantes antes de 2030. El anuncio, que se irá extendiendo poco a poco entre el resto de grandes bancos nacionales, supone la limpieza de más de 12.000 millones de euros en este tipo de activos, según una investigación de la ONG Urgewald.

Santander fue el primero en mover ficha al anunciar el pasado 22 de febrero que a partir de 2030 no financiará a aquellas compañías eléctricas cuyo negocio derive en más de un 10% del carbón o a aquellas dedicadas directamente a la actividad minera. Este objetivo lleva añadidos una serie de hitos y metas volante que la entidad se propone ir cumpliendo en los próximos años, como eliminar los plásticos innecesarios de un solo uso en 2021 o consumir electricidad en sus sedes corporativas de origen 100% renovable en 2025. 

12 días después de que Ana Botín anunciara su compromiso verde, BBVA respondió el pasado viernes anunciando que también suprimirá su financiación al carbón antes de 2030 en los países desarrollados y de 2040 en el resto de países en los que está presente. El banco que dirige Carlos Torres limitará sus recursos, en su caso, a todos los grupos que obtengan más de un 5% de su cifra de negocio de una manera relacionada con el carbón, y amplía además su veto de manera selectiva a otras actividades con impacto ambiental como la agroindustria, energía, infraestructuras y defensa.

Santander y BBVA son los dos bancos españoles más expuestos actualmente a la financiación contaminante debido a su perfil internacional. Sólo entre ambos suman tres cuartas parte de esos 12.000 millones de euros que Urgewald atribuye a la banca española. Esta cantidad incluye los préstamos, avales y otros instrumentos de financiación con distintas compañías energéticas con amplia presencia en el mundo del carbón, como la italiana Enel -matriz de Endesa-, o directamente con grupos mineros como Glencore. En todo caso, los españoles son solo una parte de los más de 4.400 inversores institucionales y 665 bancos en todo el planeta que actualmente siguen financiando el carbón y que tendrán que ir girando sus políticas hacia la economía verde.

Dejar de lado el carbón será solo el primero de los pasos pero no el más importante, ya que este combustible supone solo una pequeña parte de los balances bancarios si se compara con el peso de otros como el petróleo o el gas. En el caso de BBVA, por ejemplo, la financiación a estos dos últimos multiplica por 107 a la de la minería del carbón. Santander, por su parte, señala que hará públicos en 2022 sus objetivos de retirada en el campo de los hidrocarburos.

Se espera que el resto de grandes grupos sigan la estela de Santander y BBVA tras haber firmado el Compromiso Colectivo de la Acción para el Clima promovido por la ONU. Este manifiesto instaba a las entidades a retirar de manera paulatina su financiación a las actividades más contaminantes, ser más transparentes en la publicación de sus métricas vinculadas al cambio climático e incentivar la contratación de productos financieros con un impacto ambiental positivo.

Más allá de su compromiso con el cambio climático, los bancos están obligados a actuar para cumplir los nuevos requisitos regulatorios diseñados por el Banco Central Europeo, que a partir de 2022 lanzará sus test de estrés climáticos para monitorizar las acciones de las entidades en este campo. Santander y BBVA se han adelantado, pero la actual normativa europea obliga a que todos los bancos publiquen sus objetivos específicos de descarbonización a partir de 2023. Este examen obligará a identificar aquellos riesgos que puedan afectar a los ratios de capital de cada grupo, especificando potenciales riesgos físicos y de transición, así como su potencial evolución en diversos escenarios a corto, medio y largo plazo.

A nivel nacional, el proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética obliga a las empresas a realizar anualmente un informe sobre la exposición de su actividad a los riesgos del cambio climático y las medidas adoptadas. Otras jurisdicciones donde ya se realizan ejercicios de estrés test: Holanda, Francia e Inglaterra.

Publicado el Lunes, 8 de Marzo de 2021

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