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Si el Gobierno desdoblara el tipo de cambio terminaría en un desastre similar a Venezuela

 

 

Si el Gobierno desdoblara el tipo de cambio terminaría en un desastre similar a Venezuela

Experiencia BCP

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En un informe de su consultora PxQ, Álvarez Agis detalló todas las experiencias de desdoblamiento cambiario formal que se desarrollan actualmente en el mundo y sus resultados, que, en términos generales, no logran solucionar problemas. Antes de que el ministro Martín Guzmán expresara que el Gobierno “no devaluará” -en realidad, que no acelerará el ritmo de devaluación en el mercado oficial- Álvarez Agis sostuvo que para el Gobierno “devaluar es la última opción y se hará lo imposible para evitar ese escenario”.

“El ritmo de caída de las reservas, lento pero constante, otorga cierto margen de tiempo, pero la dinámica de la brecha pone una luz de alerta más urgente”, con una diferencia superior abismal entre el oficial y los paralelos. En este contexto, la posibilidad de un desdoblamiento formal, en el que se legalice un dólar financiero libre o con cierta intervención, pero legal, “no es correcta ya que en el contexto actual no está garantizado que aparezca inmediatamente oferta que ponga un techo a la cotización en un mercado de tipo de cambio financiero con flotación libre”.

“Si estamos en lo cierto, tal medida aumentaría la brecha y reforzaría la presión en el mercado de tipo de cambio comercial. En un desdoblamiento formal de manual el mercado financiero debería funcionar sin la necesidad que el BCRA intervenga. Sin embargo, si la dinámica es alcista se podría ver forzado a intervenir vendiendo reservas, justamente lo que se quiere evitar”, advirtió el informe.

El informe da cuenta de que, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), hay 22 países con estructura de tipo de cambio dual o múltiple. De este pelotón, seis han optado por el desdoblamiento formal del tipo de cambio: Irán, Nigeria, Siria, Sudán, Sudán del Sur y Venezuela. Como resumen de estas experiencias reflejan “estancamiento del PIBI, aumento de la inflación y profundización del déficit fiscal”.

“En ninguno de estos casos el esquema de desdoblamiento logró reducir la brecha cambiaria y el superávit de cuenta corriente no redundó en una acumulación de reservas internacionales, puesto que los participantes del mercado de cambios lograron interiorizar las restricciones cambiarias y encontrar la forma de evadirlas, lo cual llevó a un incremento en los controles y a una mayor segmentación”, detalló el informe de PxQ.

“Los casos reflejan que el desdoblamiento implica un esfuerzo en términos de implementación sin un correlato positivo sobre la economía y, para peor, con un elevado costo potencial para desarmar el esquema. Se podría decir que las economías saben cuándo entran a los desdoblamientos, pero difícilmente puedan predecir cuándo y cómo salen”, aclaró.

Entre los ejemplos, mencionó el caso de Venezuela, que a partir de 2006 arrancó con un tipo de cambio dual porque se registraban algunas transacciones cambiarias en el mercado paralelo a una tasa que difería del tipo de cambio oficial. Luego, el problema se multiplicó: “El deterioro económico fue en aumento con caída del PIBI, aumento del nivel de precios a niveles hiperinflacionarios, profundización del déficit fiscal y pérdida de reservas internacionales pese al superávit de cuenta corriente registrado en 8 de los últimos 10 años”, detalló. Las reservas pasaron de un máximo de USD43.065mill en 2008 a unos USD6.000 millones actuales, en un contexto de catástrofe humanitaria con un nivel de pobreza superior al 90% según estimaciones privadas.

 

Luego, se refiere al caso de Irán, cuyo Banco Central introdujo un sistema a partir del cual las importaciones se realizaban a 2 tipos de cambio: uno menor (más apreciado) para los bienes básicos, alimentos y medicamentos y uno superior (más depreciado) para el resto de los bienes importados. A su vez, se determinó un tipo de cambio más depreciado para las exportaciones. “Ese sistema fue evolucionando hasta la actualidad, donde conviven múltiples tipos de cambio”.

“En los últimos 7 años, en la medida en que se endurecieron los controles cambiarios y evolucionó el desdoblamiento del tipo de cambio, el PIB de Irán creció en promedio 1% anual y la tasa de inflación promedio anual fue de 22% (acelerándose en los últimos 2 años por encima de 30%). La situación fiscal también se deterioró, pasando de un superávit fiscal en los 7 años anteriores a 2013 a un déficit que se profundizó hasta llegar a -6% en 2019”, detalló el informe.

 

En la actualidad, “la brecha entre el tipo de cambio oficial para importaciones básicas y el mercado donde se puede comprar y vender libremente divisas es cercana a 300 por ciento”.

 

En Nigeria, cuyo desdoblamiento comenzó en 2001, actualmente “conviven múltiples tipos de cambio: el mercado oficial para importaciones esenciales, el mercado para ingreso de inversiones y exportaciones, el tipo de cambio libre al que se puede acceder para turismo en casas de cambio y el mercado informal”.

“Desde la vuelta de los controles cambiarios y el desdoblamiento del tipo de cambio la economía nigeriana se estancó, pasando de crecer a una tasa promedio anual de 6,4% entre 2010-4 a +1,2% entre 2015-9. La tasa promedio anual de inflación fue de +13% (versus 10% en los 5 años anteriores) y el déficit fiscal alcanzó en 2019 -5% del PIB (desde -2% en 2014)”, indicó. La diferencia entre el oficial y el paralelo ronda el 20 por ciento.

En Sudán, desde 2009 se comenzaron a aplicar restricciones a las importaciones y actualmente hay varios tipos de cambio. Los resultados fueron muy parecidos a los otros casos: "un estancamiento del crecimiento económico (tasa promedio anual de -0,8% en los últimos 10 años) y una elevada y sostenida inflación (promedio +32% desde el endurecimiento de los controles cambiarios).

“El deterioro del resultado fiscal alcanzando (-10% en 2019) y del déficit de cuenta corriente que llegó a -15% el último año, también es evidente en el caso de Sudán. La brecha entre el pound sudanés en el mercado oficial y en el mercado paralelo ronda el 200% en la actualidad”.

En tanto, Sudán del Sur tiene un esquema de desdoblamiento cambiario con un tipo de cambio manejado por el Banco Central, otro por los bancos comerciales y un mercado informal donde la brecha supera el 200 por ciento. La consultora concluyó que, más allá de la particularidad de cada caso, “queda en evidencia que las experiencias de desdoblamiento formal en la actualidad no son exitosas”.

“La profundidad del mercado cambiario y la variedad de instrumentos financieros imposibilitan la segmentación total y solo es cuestión de tiempo desde la implementación de las medidas para que aparezcan nuevas formas de evadirlas”, sostuvo el informe. 

De este modo, “la dinámica lleva a la aparición de nuevos desequilibrios, estancamiento económico y volatilidad nominal; el exceso de regulaciones es tan perjudicial como la flexibilización total”, concluyó el reporte de uno de los economistas más escuchados por los empresarios en la actualidad.

La propia experiencia argentina de desdoblamiento cambiario indicaría las mismas conclusiones, aunque para algunos, esta no es una opción, sino la única alternativa que le quedaría al Gobierno en lugar de enfrentar una brutal devaluación. Para otros economistas, la única forma es con una fuerte reducción de los derechos de exportación a la soja, que asegure los dólares de la única fuente genuina de financiamiento que puede conseguir el país para no caer de nuevo en el abismo.

Publicado el Lunes, 26 de Octubre de 2020

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