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Flexibilidad: la diferencia para madres solteras en el mercado laboral

 

 

Flexibilidad: la diferencia para madres solteras en el mercado laboral

Experiencia BCP

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¿Quién te cuida a tus hijos desde las 6 de la mañana para que puedas trabajar? Angélica López Martínez se hacía constantemente esta pregunta cada que salía corriendo al trabajo. Era vendedora en una zapatería brasileña que tenía diferentes tiendas en los centros comerciales de Ciudad de México.

Como madre soltera de tres niños, de 12, 11 y 9 años, siempre valoró y trató de cuidar ese empleo. Aunque eso significara encargar a sus hijos, levantarse muy temprano para dejar el desayuno y la comida hecha, y con suerte, llegar a tiempo a casa para convivir con ellos un rato, hacer las tareas y no descuidar las labores domésticas.

Pero cada vez era más complicado. “No siempre hay alguien que pueda cuidar de tus hijos, que los lleve a la escuela y luego vaya por ellos”, dice. Además, la cambiaron de sucursal tres veces, sin que sus jefes tomaran en cuenta la distancia entre su casa y cada centro comercial: Perisur, Insurgentes, Reforma 222 y de nuevo Perisur. Por eso, decidió renunciar.

“Entre mis padres y mis hermanos me ayudaron económicamente para mantener a mis hijos en lo que yo encontraba trabajo”, recuerda. No fue fácil porque la mayoría de los trabajos eran de tiempo completo y ofrecían poca flexibilidad en los horarios. López anhelaba tener un empleo que le permitiera ir a dejar a sus hijos a la escuela; nunca imaginó que tardaría un año en hallarlo.

Home office o presencial: cómo crear un esquema híbrido

Entró a trabajar como vendedora en Neverías Frody en un horario de 11:00 a 19:00. López asegura que desde el primer día de trabajo recibió apoyo para que pudiera asistir a las juntas escolares, entre otros beneficios. Y tanto el horario como los descansos se acomodaron más a la rutina diaria con sus hijos. También obtuvo capacitación desde cómo preparar helados y frappes, cómo ser empática con los clientes, hasta cómo manejar un automóvil.

La joven de 39 años lleva siete años trabajando para la franquicia de helados. Ahora es supervisora de la zona sur de Frody y entre sus funciones está capacitar a las nuevas empleadas, llevar contratos y asegurar la operación de las tiendas. Y desde su llegada a la compañía su salario ha incrementado 45%.

De los 290 colaboradores que tiene Neverías Frody, 139 son madres solteras. López Martínez es una de ellas. En México, existen 11,326,766 hogares dependientes de una mujer; y las madres solteras representan 38.8% de la población económicamente activa, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Además, como trabajadoras las mujeres dedican 40 horas en promedio a sus actividades laborales, contra los hombres que gastan 46.46 horas. Sin embargo, las mujeres pasan 23.40 horas en promedio en actividades no remuneradas y los hombres sólo 8.09 horas. Esto genera una brecha de 15.31 horas no remuneradas, según un análisis de la empresa de capital humano Manpower Group, sobre cifras del Inegi para el cierre de 2020.

“Las mujeres urgen flexibilidad laboral. Romper con los estereotipos de género en el hogar y el trabajo, flexibilizar los esquemas de trabajo a la par de visibilizar un amplio panorama de opciones para que opten por puestos que puedan garantizarles una mejor calidad de vida y mayores oportunidades de desarrollo”, menciona Adriana Velasco, gerente regional de Cultura y Comunicación de la firma.

Hoy, López Martínez no se ve trabajando en otro lugar, “la flexibilidad, el apoyo personal que me dieron al saber que soy madre soltera y sus acciones de responsabilidad social hicieron que me enamorara de la empresa, y que esté muy agradecida”, expresa.

Graciela Martínez, especialista en cultura organizacional, asevera que la flexibilidad y la cercanía con los empleados es directamente proporcional a los índices de engagement. No obstante, la flexibilidad se convierte poco a poco en un commodity. Es decir, todas las empresas hablan de ella, pero aún no hay una diferencia tangible en el mercado laboral.

“Seguimos viendo horarios de tiempo completo, beneficios o prestaciones que no representan un cambio en la vida de los trabajadores y sobre todo cargas de trabajo excesivas. Si la buena intención de las empresas solo se queda en el papel o en el discurso no habrá un avance ni un cambio real”, advierte.

A su vez, la pandemia del coronavirus ha vulnerado el talento femenino. Se ha detectado que cerca de 60% de las mujeres ya trabaja en la informalidad, ante la falta de oportunidades y acceso a un empleo que le ofrezca un balance con su vida personal.

A marzo de 2021 la tasa de participación en la fuerza laboral femenina fue de 41.8%, esto es, que disminuyó 3.3% comparado con el mismo periodo del año anterior, reportada en 45.1%, por el Inegi.

Velasco señala que no para todas las mujeres las oficinas físicas representan un medio que ayuda a separar el hogar del trabajo, mientras que el teletrabajo no siempre representa la mejor forma de flexibilidad, pues podría acelerar la brecha de género en el empleo al reducir más las oportunidades y aumentar la carga de trabajo entre actividades laborales y del hogar para las madres.

“El home office no es la única forma de permitir que las personas trabajen de manera flexible para que equilibren el trabajo y el hogar. Las empresas tienen que identificar en qué horarios se les complica dar seguimiento a las actividades laborales por atender tareas domésticas o de cuidado a familiares. Una opción son las jornadas escalonadas con una programación basada en objetivos de negocio, no presentismo físico o virtual”, concluyó.

Publicado el Martes, 11 de Mayo de 2021

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